sábado, 5 de septiembre de 2020

Distancia

Ninguna distancia duele más

que la que imponen tus heridas.

 

Solo hay un dulce, dulce mar

donde te adentras acompañado.

Océano sensual que te descubre,

delirio sensitivo que te entrega

al gozo del presente

y a mí.

 

Sin embargo,

acaba la odisea

y vuelves, miserable

a la cárcel de la culpa;

a mirarte con desprecio

en el espejo

y asentir.

 

Ninguna distancia duele más

que la que imponen

tus heridas.

 

Ojos que no ven,

corazón

que perece.

lunes, 31 de agosto de 2020

La herida original

Luna llena,

compañera del vacío sin principio ni fin,

único adorno

en estas noches

de soledad primigenia.


Recuerdo redundante de la ciclicidad constitutiva.

¿Fue el primer desamparo realmente el primero?

Y los que vuelven, ¿son aquel?

Son nuevos

y el mismo.

Pequeños recordatorios

con otro aspecto

de la herida original. 

Nuevas infecciones

que escuecen

con un veneno antiguo.


Tanta luz, Luna llena

y tan nublada mi visión.


Así como todo se repite,

todo se unifica

¿Cómo distinguir siquiera

la herida del dolor?


Solo tú eres

esbozo de consuelo,

única constante bella,

en estas noches

en la herida original. 


viernes, 7 de agosto de 2020

Esta semilla siempre brota

Siempre vuelvo a la herida, es como el pecado original. La herida del abandono. Es una condena. He mejorado una barbaridad, y estoy agradecida por ello. Pero esta herida ahora no me permite ver ni eso. Es el problema de esta herida, lo abarca todo. Empieza en el corazón, se cuela en la sangre y en 10 segundos no siento otra cosa que abandono. Tristeza. Soledad. Escapa a la razón o a las razones. Escapa a las obviedades. Escapa a lo que me hace feliz, que son muchas cosas. No entiendo cómo puede tener tanta presencia.  ¿Por qué no deja espacio para nada más, cuando sale?

Pasada la crisis existencial heavy del encierro, conseguí estar super bien sola, después de haber tomado la decisión de cerrar la puerta a los hombres, dejarla muy ajustada, y centrarme en mi proyecto creativo. No sé cómo pasó pero entonces tuvo que llegar Alejandro y abrirla. Y yo feliz. He sido muy feliz gran parte del tiempo. Estoy extraordinariamente contenta de poder entrar un poco en su corazón. Es que escribo esto y lloro. No sé por qué me emociona tanto. No lo sé. Ha sido un deseo mío durante años. Me parece una persona muy bonita, con mucha sensibilidad, muy creativa e inteligente. No sé, me encantó la poca intimidad que compartimos cuando éramos más jóvenes. Me quedé prendada. No sé qué es lo que siento. Mucha conexión. Mucha intención suya de conectar profundamente. Un sentimiento intenso de compartir intimidad, de compartir. Que es algo que yo también siento mucho. Creo que claramente eso nos unió al principio, y nos hizo ir muy deprisa, querer vernos mucho. Era muy pasional por parte de los dos. Pero llegados a un punto, él se ausentaba más, ya no quería quedar tanto, yo empecé a pedir más, se incomodó y lo dejamos. Recuerdo que me dolió mucho. Recuerdo que me dolió que empezara a darme largas en lugar de decírmelo claro. Pero conseguimos hablarlo todo bien y quedar bien.

Siento mucho amor por él, y mucha atracción. Y me pregunto cuánto de todo este sentimiento es puro y desinteresado, es mi admiración hacia él, mi amor por su ser, por su mágica existencia, y cuánto de esto es este problema comunicativo y de bloquear sus emociones.

Es una obviedad que hasta ahora he tenido una gran tendencia a ir detrás de hombres ausentes. Carentes de empatía o con dificultades para gestionar sus emociones y la comunicación. Me atrae que parezcan estar lejos, que tenga que alcanzarlos. Es un martirio, una fuente de sufrimiento asegurado. Todo se debe a los hombres de mi infancia, mi padre y Marc. Y lo sé. Pero saberlo no termina con esto. Nada termina con esto. Es resistente. Parece mentira. Todo pasa en esta vida, pero esto no termina de pasar nunca.

Yo llego a estar muy bien. Cuando estoy ovulando, cuando conecto con gente, cuando hago muchas cosas, cuando se alinean los astros. He llegado a estar muy bien con Alejandro estos días, mejor que nunca con otras relaciones con hombres. He compartido intimidad muy a gusto, música, tiempo, ralladas. Y que él se suela ausentar, no me altera demasiado la mayor parte del tiempo. Pero cuando estoy premenstrual, que sale todo el dolor de mi vida, mis emociones estancadas, mi  sentimiento de abandono, no puedo. Me siento muy abandonada, y no porque lo haga, porque no lo hace, está por mí, me mima como sabe, es un amor. Pero no es suficiente para mi cuando estoy así. Cuando estoy así solo quiero conexión emocional. Quiero que escuche a mi niña interior y la sienta. La sienta entera. Y le dé cobijo como no le dieron en su momento. Y todo esto es algo completamente incontrolable. La Carla adulta se queda en el banquillo, y la Carla de 6 años lleva el control. Y no acepta que la ignoren, que no la entiendan, que se ausenten y no la escuchen. Que no la sientan al 100%. Pero pocas personas pueden sentirla al 100%. La mayoría de la gente no empatiza al 100%, no pueden. Cuando la Carla peque toma el control, no puedo estar con casi nadie, solo con las 4 personas que conectan conmigo a nivel profundo, que saben escuchar y entienden bien. Que la sienten, que la cuidan, la distraen y la miman. Alejandro no es una de ellas. Y, ¿puede ser mi amante si no es así?

Pues me gustaría que así fuera.  Pero  cuando estoy así valoro más eso que nada. Profundizar más que nada. Es lo que alivia mi corazón. Profundizar con alguien que profundice conmigo. Compartir profundidad. ¿Tengo siempre esta necesidad? No, a veces ni me apetece, estoy más en superficie. Entonces, puedo simplemente no contar con Alejandro para esto. Hay una resistencia en mí a esa idea. Una voz que dice como “los amigos están para lo bueno y para lo malo”. Y así es, pero quizás no todos. Desde luego, no todos. Hay colegas. Hay amigos para ciertas intimidades, y amigos para otras. Quizás es hora de aceptar que Alejandro, tal y como son las cosas ahora, no es una amistad para este tipo de intimidad. Lo es para la otra. Y hay una voz-resistencia que dice “eso es despreciarlo, es solo tomarlo por una cosa y abandonarlo por lo demás”. Pero realmente yo no lo abandono para nada, estoy más que segura de que se siente bien cuidado por mi. Si no, puede decírmelo. La cuestión es que si yo no me siento satisfecha con su compañía cuando yo estoy mal, puedo elegir no pasar ese tiempo con él. Pasar otros. Hay otra resistencia: que en mi ideal mental, quiero una relación con la que compartir todas las intimidades. Y a medida que escribo esto estoy segura de que no existe. Además, este ideal sería más comprensible esperarlo de una pareja (que ese es otro problema, que me gustaría tener pareja), pero si no quiero que sea mi pareja, no puedo esperar satisfacer todas mis necesidades con él.

Supongo que tengo que hacer un trabajo mental muy grande, y emocional de cuidar a la niña yo sola. Si estoy desesperada porque la cuide alguien más conmigo, buscar a quien pueda cuidarla, ir a ver a otrxs amigxs, no justamente al que eso no me lo puede dar.

La fuente de mi dolor es querer lo que no puedo tener. La resistencia a aceptar esta verdad y a querer cambiar esta realidad, toda la fuente de mi angustia. ¿Que me da infinita pena que Alejandro no pueda hacerme de padre? Por supuesto. Puedo llorar por eso todo lo que quiera. Porque él no me va a hacer de padre, porque mi padre no lo hizo, por todos los hombres que no lo han hecho ni lo harán. Mi niña interior necesita llorar todo ese sentimiento. Hay otra voz-resistencia que me dice “tampoco es plan de que te condenes a pasar esto sola, parece una condena”, cuando me digo algo en plan “pues cuando este mal, me encierro y me quedo sola llorándolo todo”. Tengo que cambiar el enfoque, porque solo le falta a mi niña interior herida que la castiguen por sentirse así (cosa que hacían). Quiero verlo como un juego. Cuando la niña tome el control, me recordaré que el espacio que le de a ella es mágico y sagrado. Es alquimia porque encontraré un hueco, a pesar de ser una adulta mal-educada por el mundo, encontraré el hueco que no le dieron en el pasado para sanar.  Haré un puente entre pasado y presente. En este espacio jugaré con mi niña, escucharé lo que necesita, lloraré lo que siente, y haré lo que le apetezca. Menos ir con Alejandro, porque es una ficción para esta niña. Una ficción con la que cree escapar del sufrimiento. Pero no sirve.

No sé si seré capaz de llevar esto a cabo, pero lo voy a intentar. Separar intimidades así, con la tendencia que tengo a buscar la comunión… el anhelo de una vida! No me recuerdo viva sin tener este anhelo. Soy una romántica empedernida. Pero la conexión comunicativa es el mayor éxtasis. Mayor que el sexual, por mucho que me encante.

Si sigo con Alejandro, tengo que aceptar que esto con él no va a poder ser. Tengo que saber desde ya que lo que voy a compartir es otra cosa. Algo más liviano. Y no sé si es lo que quiero, pero lo voy a averiguar poco a poco.

Voy a compartir menos, voy a compartir un poco. A pasar el rato. No es feo, es algo más. Se puede pasar el rato con amor y respeto. Es exactamente lo que el hace conmigo.

¿Es lo que quiero? Me gustaría quererlo. Me distraería. Haría cosas. Tendría sexo, buen sexo con amor. Eso es lo que puedo esperar, no más.

Ahora a ver si quiero.

martes, 1 de mayo de 2018

El final del cuento


5 ciclos lunares ha durado lo nuestro. ¿Sigue siendo mágico porque a pesar de que ha durado una mierda que además ha parecido una eternidad y ha terminado como el culo parece ligado a las fases lunares?
A tomar por culo tú y la luna. Tanta implicación para esto. Hacía SIGLOS que nada me removía así y a ti ahora en 3 semanas se te pasa. Quizá es mejor haber descubierto ahora, tras 5 míseras fases lunares, que efectivamente eres bastante inhumano. O que no sabes valorar lo que cae del cielo como una bendición y que te sacas del medio por un poco de estrés. Aunque no sé que es, si estrés, si que en el fondo nunca quisiste. Quizá y probablemente todo. He sido una ilusa. Tampoco era nuevo. Pero esta vez me valía la pena intentarlo. No ha valido la pena, desde luego, pero entonces lo parecía. No se puede decir que ahora me arrepienta pero tampoco haré una fiesta por haberlo intentado. Porque una vez más todo ha pasado porque yo he movido ficha. Para todo. Excepto para terminar, esta vez. No está mal, vamos mejorando. Me siento bastante estúpida. Si supieras TODO lo que he estado pensando mientras tú simplemente te agobiabas porque esto parecía una relación a distancia (aka tengo una obligación para con un ser cuyos sentimientos en parte dependen de mis acciones). Es como relacionarse con un robot. Solo en la distancia, porque en persona eres un puto algodoncito de azúcar. Pues yo empecé ni queriéndome ir, ¿sabes? Quería casarme contigo ya del tirón. Quizá porque mi intuición ya me decía que si no estaba en tu cara no ibas a considerarme real, no ibas a considerar que podía ser una persona con la que compartir tu vida, no ibas a considerar lo nuestro algo palpable, viable y no ibas a desearlo (y por lo tanto moverte para hacerlo). Duele mucho saber que solo estarías conmigo si estuviera allí delante de ti, que solo el apego momentáneo te une a mí joder. Que luego estás más cómodo solo, que yo casi que te estreso. No te estresaba en persona. Pero bueno, eso, pasé de querer casarme contigo a volver a casa y casi odiar mi vida actual porque solo quería estar contigo. Y como de hecho tú estabas tan enganchado como yo, o eso parecía, pues alimentaba esta fantasía de mierda que me ha corroído. Los dos primeros días pensando en ir a Corea contigo, que me destrozó el presente y me dio una ansiedad que me quería morir (eso es solo culpa de mi imaginación y mi miedo a las cosas nuevas). Cuando me dijiste que no querías eso dije MENOS MAL, aunque me daba pena entonces tener que resignarnos a no estar juntos hasta vete a saber tu cuando. Ese ha sido el problema de TODO, LA INCERTIDUMBRE. Cuando empezaste a pensártelo todo, primero por dinero, luego lo de Loló, que a cualquiera le parecería una excusa barata y de persona estúpida que no sabe decir que no quiere, y por la cual mis amigas me decían MÁNDALO A TOMAR POR CULO. Y de hecho te odié, pero la compasión por ti me ha matado. Me ha matado desde el principio. Querer entenderte tanto, querer comprender tu puto proceso mental, tu manera de actuar, y ceder a esa realidad con tal de poder seguir con esto, porque A PESAR DE SER UNA TORTURA EN LA DISTANCIA, en persona ES IDEAL. Es ideal el poco tiempo que hemos estado juntos, que es nada. Y que no ha significado nada para ti, claramente. Me has asqueado por exigir respuestas, yo te he asqueado porque no existías más allá del puto finde que estuvimos juntos. Creo que no has querido nada desde el principio. Por eso no querías besarme cuando estuvimos juntos, eso de “es que no queríamos una relación a distancia”. Te has obsesionado con eso, y quizá esta mierda haga que no tengamos la oportunidad de ser pareja cara a cara en el futuro.  Yo iba a proponerte que vinieras un mes entero en agosto. Y una vez viendo si funcionábamos decidir ya del todo algo para el futuro. Pero te he pillado en mal momento. Por si no te costara ya de por sí pensar en los demás, o en ti, ahora estás más ocupado que nunca y quizá te vas a Corea… Es el peor momento, pero yo no quería nada ahora, yo quería dejar el terreno abierto para el futuro. Pero supongo que me adelanto demasiado, como me han dicho siempre. Aunque esta vez ha sido justamente porque sabía que si dependía de ti no íbamos a vernos ni pronto ni tarde. Realmente, estar contigo es como tener una relación solo. Bueno, empezar contigo. No sé qué has sentido, qué has dejado de sentir, si te has rendido, si nada. Y cómo no, como todo lo demás hasta ahora, ha sido una agonía. Ojalá te hagan esto alguna vez a ti para que sepas cómo se siente. No sé qué siento hacia ti, odio desde luego, pero después de odio, no sé si compasión, comprensión, amor. Porque me he montado la peli yo sola… tú solo de dejaste llevar. Y ahora ni siquiera sé si puedo ser tu amiga. Cuando hablo contigo me lo paso tan bien y eres tan amor, que la contradicción con cómo ha ido todo me mata. Ya te vale tío. Te has estresado antes de empezar. Lo nuestro podría haber molado mucho. Hacía años que no sentía esta certeza. Quería que nos construyéramos juntos. Pero claramente quería sola. Tú solo te dejaste llevar. Yo también me dejé llevar pero me llevó a esta certeza. A ti no te ha llevado a nada y mi certeza te ha agobiado. O tu vida. O sentirte mal por hacerlo tan mal, que no me extrañaría. Yo cuando me siento mal por hacerlo mal, lo hago bien. Tú te retiras. Y yo ahora no sé ni si quiero que vuelvas. Era la putada de terminar antes de empezar. Te odio.

lunes, 1 de enero de 2018

Volviendo al origen

Cuántas emociones en unas solas horas. Parece mentira que después de tantos años vuelva al principio y descubra que lo que tenía al principio era lo mejor que podía descubrir. ¿Qué quería descubrir fuera de allí? ¿Pasión? ¿Intensidad?
Contigo tenía lo que quiero ahora. Y quizá no era lo que quería entonces. Termino escribiendo en un blog como empecé a hacer contigo. Demasiadas señales. Parece que he dado la vuelta entera a un ciclo. Y no sé si tengo esta sensación yo sola o tú también te has emocionado esta noche. Lo he visto en tu carita. Esa que conocí tan bien. Quizá se mezclan los recuerdos de las emociones del pasado con la súper luna y con mis ganas de encontrar a alguien como tú. Y es una puta ironía más de la vida.
No hace mucho encontré una carta que me dejaste una de las veces que te fuiste después de estar de visita. Me la dejaste escondida para que la encontrara. Me querías a saco y tal cual era. Y eso que era un diablo, que no valoraba lo que tenía. ¿Qué más quería? ¿Qué quería encontrar? De verdad me lo pregunto. Está claro que no lo sabía, y que tuve que dejarte e ir a la aventura para descubrir que la mayoría de los hombres son depredadores, superficiales, insensibles. Que ninguno era como tú. Y que tú es lo que yo quería.
Me adorabas y yo a ti y nos lo pasábamos genial juntos. Entretenidos con nuestras frikadas. Como esta noche. Tenía que dejarte. No hay un por qué. Y me parece súper fuerte que llegue un día como hoy, al cabo de 8 años, y sienta algo parecido al arrepentimiento. Y hable 2 horas contigo y me sienta como en casa y me diga “tiraste tu hogar por la ventana”.
Si pienso en alguien con quien compartir mi vida, como decíamos antes, es alguien como tú. Estoy alterada e hipersensible y tiendo al drama, lo sé. Ahora no te conozco mucho. Todo es suposición. Pero sigues siendo aquel chico inteligente, sensible, curioso y tranquilo, aquel ser bello que me encantaba. Y con el que encajaría en una casita con una vida tranquila y con el que adoraría compartir tiempo, familia, hogar.
En todo caso, me jode que haya tenido que dar toda esta vuelta de mierda para volver al origen y darme cuenta de que lo primero que encontré era el mejor hogar que podría haber encontrado. Y que tengo una tendencia suicida. Que ya no sé si respetar o no. Si soy yo o mis traumas. Si pueden diferenciarse estas dos cosas. Si puedo sanar una y llevar una vida sana contigo o con alguien como tú.
Sí, tú también has flipado esta noche. Realmente había y hay una conexión especial entre tú y yo. Hogar. Es todo lo que quiero. ¿Qué llevo aquí dentro que me hace estar despierta hoy, 1 de enero, ya 2, del 2018, a las 1:10 de la mañana, sin querer dejar de escribir, arrepintiéndome de haber dejado mi primera relación adolescente con un amorcito de chaval? Y como una idiota, mirando el móvil por si ha dicho algo más. Es deprimente. ¿Por qué lo hiciste? TT

Ahora mismo siento que lo quiero como entonces. Y es decir mucho porque rozaba la obsesión. Ahora me casaría con él. Simplemente porque he recordado lo que es que alguien me entienda profundamente. Al menos me ha recordado que existe esta conexión. Que no la soñé. Que puede pasar. Si no con él, con otro, aunque ahora mismo me encantaría con él. El caso es que existe, que ya pensaba que lo había soñado. Me hace pensar que quizá algún día aparezca una persona a la que le puedo contar mis viajes interiores y no se quede con cara de pasmado diciendo “aha”. No soy yo, son ellos. Hay pocos. He vuelto a sentirme admirada tal y como soy. He vuelto a sentir que hay alguien en este universo capaz de valorar, admirar y amar mi naturaleza (que yo ya la amo, pero a veces apetece verte reflejado en los ojos de alguien amado. Te hace sentir menos bicho raro y en casa) Y eso no me pasa casi nunca viniendo de un hombre. Gracias Universo. Gracias Manu. Imagino que es posible que esté pasándote lo mismo. Y desde aquí indirectamente te lo confirmo. Te quiero y te admiro desde lejos, eres un ser hermoso. Gracias otra vez. 

sábado, 18 de febrero de 2017

machismos cotidianos vol.1


Esta mañana he estado con los compañeros de quiromasaje tomando algo y al final me he querido ir por la incomodidad. Uno de ellos, ha empezado a contar una anécdota de una chica que fue a su consulta a darse un masaje. Se ve que él le dijo que le haría uno de cuerpo entero y ella le contestó un poco incómoda que no estaba depilada. Él le dijo “¿te crees que a mí me importa eso?”, de modo que procedieron al masaje. Y sigue la anécdota con “¡Pero quién me iba a decir a mí que tenía tantos! ¡Más que yo! (riéndose de ella).

  1. Se ríe de los pelos de las piernas de una tía.
  2. A sus espaldas, después de decirle que no le importa que vaya sin depilar.
  3. Lo hace con sus compañeros para echarse unas risas a costa de la chica.
  4. Cuando lo critico, defiende que solo lo hace para fastidiarme.
  5. Sabe que me molesta y no se disculpa.
  6. Cuando se disculpa porque le insistimos las chicas del grupo dice “Lo siento por lo que sea que te ha molestado” (sabiéndolo perfectamente).
  7. Cuando le digo “¡¿Por lo que sea?! ¿no sabes por qué?, me dice “Te has enfadado por una tontería y no sé qué quieres que te diga”.

Resumen: 1. Se ríe del aspecto natural de una mujer. 2. Intenta joder a propósito a otra riéndose de la primera. 3. Empequeñece la causa del enfado de la segunda, intentando que sus actos parezcan una broma sin maldad y la ofensa que ha causado una exageración.

Conclusión: machismo

En el momento, me he ido con el cuerpo de haber sido yo la aguafiestas (por algunos comentarios y caras de los compañeros, que sé que les parecía exagerada mi reacción), cuando el capullo irrespetuoso y tocapelotas ha sido el otro. No saben que me he ido contenta. Cabreada por la existencia de capullos, pero contenta por permitirme no tolerarlos ni una vez más. Por no caer en el “ahora parecerás una exagerada si te piras”, y aguantarlo.

Creo no ir muy desencaminada cuando pienso que el problema principal de este tío es que tiene una autoestima terrible y unas carencias afectivas severas (como muchos “machitos”, me da a mí). Veo claramente que tanta pantomima es para llamar la atención. Hay gente como él a la que le gusta crear reacciones emocionales hacia ella, aunque sean negativas, con tal de sentir que hacen sentir algo a alguien.

 

Pues si pudiera quitarse el velo de mierda del machismo que tiene encima, le diría que, con la facilidad con la que quiero yo a la gente, bastaría con ser amable conmigo para tener mi aprecio y atención. A él y a cualquier machito gilipollas. Desnudaos, locos, el amor está aquí y ahora. Lo demás es pura mierda.

sábado, 2 de julio de 2016

Deseo

La vida se impacienta.
Las sensaciones se precipitan desde lo alto de las ramas,
cada vez más y más rápido, 
con violencia.
El de ahora es solo un instante más en esta eterna lucha 
contra mi entorno.
La herida es siempre intensa.
El dolor no es tan extremo,
siempre soportable, aunque duro de soportar.
Siempre procede de lo que anhelo.
Es complicado no desear nunca nada,
pero todavía es más difícil 
no caer
en la tentación 
de desear.

Núblame la vista, el paisaje monótono,

ofréceme una silueta 
intrigante en el horizonte,
mientras el sol tiñe de rojo
el amanecer, 
en una playa,

Asómate por las puertas entreabiertas
de mis sueños,

fúndeme con la melodía
que más vibre en mi interior,

cuélate en el pecho de un ser sin corazón,
y prométeme que su corazón existe,

camúflate entre las palabras de los hombres
y haz que haya una promesa
de eternidad en sus labios,

refléjate en sus pupilas
y convénceme
de que sus ojos no miran, no ven,
me sienten,

fúndeme con las sensaciones
que me agitan, me atormentan,

recógeme en cada caricia que ofrece la luna,
y dame cobijo, 
calor de hogar,

alójate en mí hasta que me convenzas
de que no eres mío. 

Con paciencia y amor,
hazme entender que nunca
serás saciado.
que si te satisfago
te extinguirás.

Cuídame y enséñame a cuidarte, 
porque, sin duda, me impacientas,
pero tampoco habría qué esperar sin tenerte.

(2014)